Ya está bien documentado el hecho de que las madres fumadoras embarazadas dan a luz hijos con menor desarrollo, menor peso y sus partos son prematuros. Nuevas investigaciones parecen demostrar que, además, sus hijos podrían presentar problemas respiratorios, que serían causados por la exposición de productos químicos del humo que llegan al feto a través de la placenta.

( Publicado en "Avances del Conocimiento",
Lilian Duery, 1996, Editorial Antártica )

Algunos investigadores buscan uno capaz de provocar la conversión total. Pero la mayoría está tras un sustituto menos riesgoso y que el Estado pueda controlar.

Hace 47 años las condiciones de salud y nutrición en nuestro país eran muy precarias. En los hospitales pediátricos, cada día fallecían entre 10 a 15 lactantes, por bronconeumonias en el invierno y diarreas con deshidratación en el verano. Había un cierto conformismo de los médicos que pensaban que tenía que ser así. La situación no parecía impresionar a muchos: "Una mortalidad infantil de 180 por mil. Se estimaba como normal que el 60% de las muertes en el país se produjera antes de los seis años de edad". Recuerdo que el Profesor Benjamin Viel, decía irónicamente en sus clases de salud pública, que nuestro país tenía las mejores peores estadísticas de toda la Región. "Las mejores porque estaban muy bien llevadas, pero las peores porque eran las más decepcionantes de toda la Región".